lunes, 2 de noviembre de 2009

El perro, nuestro viejo amigo


Hace más de 10,000 años en tierras europeas y asiáticas comenzó una amistad, el hombre y el perro. A pesar de los años, esta unión se ha fortalecido cada vez más y más. Empezó como una ayuda mutua durante las cacerías con beneficios para ambos, el reducido armamento del hombre del Paleolítico se vió grandemente reforzado con la ferocidad y agilidad del perro. Cuando el sedentarismo sustituyó a la vida nomada, el perro estaba allí con el hombre y una vez más demostró sus habilidades con los rebaños de ovejas y de otras especies animales. Mientras tanto, el proceso de seleccionar a los perros de acuerdo a sus habilidades y características sentó las bases para la creación de nuevas razas. Sin temor a equivocarse puede afirmarse que la evolución del entorno social del hombre se ha visto acompañada del perro, este lo ha acompañado en multitud de guerras, cruzando mares, caminando miles de kilómetros; siempre con un arrojo, lealtad y amistad como pocas veces se ve en el hombre mismo. En los últimos años el perro no sólo ha servido de compañero al hombre. Se le ha utilizado de conejillo de indias, experimentando hasta comprobar la eficacia de nuevos fármacos, nuevas técnicas quirúrgicas, incluso se le ha enviado por delante en la exploración espacial. Quién no habrá escuchado alguna vez sobre la habilidad de los perros para detectar drogas, o de aquellos perros que demostrando una nobleza asombrosa han rescatado seres humanos de accidentes o catástrofes. Es de todos conocida la figura de los perros lazarillos guiando a su amo invidente por congestionadas ciudades. Es de reconocer que un amigo de tantos años merece un trato privilegiado. En la antigua China el perro Pequinés fue elevado al rango de perro imperial. En el antiguo Egipto existía una ley faraónica que prohibía molestar a mendigos, perros y gatos.
Actualmente hay tantas cosas que podemos hacer por él, por ejemplo, cuando pensemos en adquirir un perro debemos estar completamente seguros de nuestra decisión, un perro requiere alimentación, cuidados y lo más importante de todo, amor, y esto no solamente las primeras semanas cuando representa una novedad en la familia. Una perra de raza puede incluso constituir un ingreso económico con cada una de sus camadas, pero si es una perra criolla y además prolífica, estaremos en aprietos para encontrarles un hogar a sus cachorros, algunos pueden llegar a un excelente hogar pero otros lograrán sobrevivir tristemente en las calles engrosando las filas de perros callejeros.
Para finalizar, ese perro vagabundo, sucio y flaco que husmea entre la basura, no lo maltrates, simplemente dejalo en paz y si tienes un buen corazón, compadécete un poco de él, tus sentimientos te dirán que hacer, después de todo tan sólo es nuestro amigo desde hace 10,000 años.

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